martes, 14 de julio de 2009

Oriel Angel Visintini Simon


Que nadie escriba mi epitafio


No tengo tiempo para morir

por eso

es mejor que deje dicho algunas cosas

para que nadie suponga

lo que ha de escribir
abusando de la piedra de mi tumba.
Acá está la tabla otra vez rasa

esperando el cincel y que la astillen

con esos golpes que son como mi vida

en esta muerte y tratando de tal suerte.


Puedo decir todas mis verdades

aún cuando causen la vergüenza ajena

solo me absuelvo

para eso es vida mía

toda cosa sucedida antes que esto

y que tenga que ver con mi contienda.


Loco es mejor

que rebelde o sumiso u obediente

porque así entenderán

los porqués de amores

y luchas confundidas con

incesantes batallas y con anhelos

confiado el corazón en despedidas.


Por eso

que nadie escriba mi epitafio

que confíen en que mi mano sabrá

en el tiempo que dispongo

yo propongo

que sólo se pregunten

sobre mis mentiras escondidas

mis verdades las viví y todos saben

de todas ellas

y por más que digan sus mentiras

son las mías y mis eternas
gracias a la vida

las que les causarán la intriga peor.


Propongo también no se preocupen
seguramente

no pienso faltar a la cita.